Este majestuoso palacio, que viste de gala, enorgullece a los orizabeños y embellece el centro de la Pluviosilla, es un edificio hecho completamente de hierro y desarmable en su totalidad; durante algunos años albergó los poderes municipales en su interior y ahora es ocupado para cuestiones culturales. En él podrás encontrar exposiciones de diversos tipos, así como también, entre sus salas, pequeños museos de entrada gratuita.
Sobre el arribo de esta joya arquitectónica a esta ciudad veracruzana existen muchas versiones, una de estas versiones que más se escucha entre la población (o por lo menos es la que en particular he escuchado más) es la que narra que hace muchos ayeres Bélgica realizó un sorteo entre varios países del mundo en el que el premio era este edificio, dicho sea de paso, el sorteo fue ganado por México; supuestamente el gobierno mexicano, siguiendo la técnica belga, realizó su respectivo sorteo entre los estados del país para definir donde se colocaría el palacio siendo Veracruz el afortunado, estado que hizo lo propio entre sus ciudades, es así como el palacio de hierro llega a Orizaba.
Otra de estas versiones dice que Porfirio Díaz en uno de sus tantos y tantos viajes a Europa se encontró con este edificio en venta y lo adquirió para regalárselo a Orizaba por la importacia industrial que tenía esta ciudad en aquellos tiempos y por la gran derrama económica que dejaba al país. Pero para ya no entrar en más detalles de los rumores que existen alrededor de este edificio, mejor les dejo aquí un link a un reportaje publicado en el Diario de Xalapa en donde se nos cuenta la historia de él (http://www.oem.com.mx/esto/notas/n398008.htm)
En esta entrada publico estas fotos editadas bajo la técnica HDR tomadas por un servidor, aunque debo aclarar que la segunda imagen aqui mostrada fue inspirada en otra fotografía tomada por mi buen amigo Mau Vidal (quien por cierto me introdujo al mundo del Alto Rango Dinámico), pero no quise dejar hacer mi propio tiro. En la tercera no fue utilizado el HDR pues en su tonalidad natural se ve excelente (perdonarán la modestia mal encausada), pues con este edificio no se necesita ser un profesional para capturar buenas imágenes.
Cuando puedas (siendo visitante de la ciudad u oriundo de ella) no pierdas la oportunidad de caminar entre sus pasillos, conocer sus salas y, quien sabe, tal vez hasta se te antoje un Capuccino con vista a la Catedral de San Miguel en el café que desde hace unos años se localiza en la planta baja del Palacio de Hierro.
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