100 años de la Lucha

Compartir

Aunque está demasiado tarde (creo que "demasiado" se queda corto) este repote, no quiero quedarme con las ganas de escribirlo, pues es algo que deseaba hacer y no se habia prestado el momento.
Bueno al grano.
El 7 de enero de este 2007 se cumplieron los primeros 100 años del movimiento obrero que cambió la vida de todo aquel que trabaje. La Lucha de los Mártires de Río Blanco, sin lugar a dudas y junto con la de Cananea, dió un vuelco a la situación obrera; y por supuesto era algo que se tenía que celebrar.
Como siempre estos eventos se llenan de tintes políticos que buscan ganar puntos para las siguientes elecciones, olvidando lo que realmente importa. Por ejemplo en la situación particular de Río Blanco, se dejó de lado la terrible situación de desempleo que se vive. Una gran fábrica que, como antaño, pudiera ser de las primeras en el país en cuanto a calidad y servicio, y que puediera fortalcer la economía de esta zona veracruzana, permanece cerrada y con conflictos laborales que no han tenido claras respuestas.
En fin, el acontecimiento abarrotó las principales calles y plazas de la microciudad (Río Blanco) con vecinos y extraños, con los medios de comunicación de la región e incluso con los estatales y nacionales; con autoridades municipales, estatales y, por supuesto, federales.
No podemos dejar de decir que el Alcade Municipal, Victor Padilla, en su intervención como anfitrión, fue honesto (aunque nervioso), respetuoso. Quiso ser fuerte y hablar claro de la situación rioblanquense pero se lo comió la multitud. Su discurso, un poco largo, tenía todo, pero le faltaba lo mismo. La intensión era buena, lo malo fue el orador. Pero, ¿qué podíamos esperar de un empresario? Era la suya (o mejor dicho la nuestra), y la dejó ir; ya será para el bicenteranio, ¡al fin que ya falta menos!
A otro que le tocó el turno delante del micrófono fue al Secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano. ¡Qué diferencia! Sin duda un hombre de política. Voz clara y fuerte; discurso largo, sólo lo necesario; la temática, interesante y actual; las promesas, las que todos queríamos escuchar. Lo malo: sólo se queda en el discurso, en las fichas que trajo Lozano para leer.
Del último en ocupar el ambón, ni hablar. Nuestro querido "Tío Fide", poco después de deshacerse por un momento de su roja "gorra fiel", y para cerrar con broche de oro, hizo uso de la palabra para hacer sonreir a algunos (y reír a otros) al callar a los simpatizantes del hasta entonces famosísmo Pejelagarto (Andrés Manuel López), quienes viajaron desde muy lejos tan sólo para poder gritar: "¡Gobierno Espurio!" y consigas del estilo tan particular de los Perredistas. Regresando a la participación del "Gober", me parece que ese "estatequieto", fue lo único positivo; aunque, hay que decirlo, fue el más aplaudido. ¡Lástima de pueblo que se conforma con lo menos!
Después lo de costumbre: a seguir la vida en esta pequeña ciudad, buscando cada quien el bienestar propio y el de los suyos, como en todos lados.
Pero aún así ¡Vivan los Mártires de Río blanco!